La habitación estaba recién reformado así que perfecto. Olorcito a muebles nuevos y todo impecable. Teniamos vistas al bosque y un riachuelo abajo que no molestaba. Limpieza del baño no era perfecto ya que suelo, lavabo y ducha no estaban del todo limpios y la ducha estaba mal montada, todo suelto. También destacar el fuerte olor a churrasco por todo el hotel ya que el restaurante esta abajo, que por cierto muy bueno. Hablando de comida, todo muy rico y precios adecuados. El personal de la cafetería tiene que mejorar su trato al público, muy secos, ni una sonrisa, parece que te están haciendo un favor. Hacen su trabajo, y entiendo que es un trabajo duro, pero como persona que ha trabajado en hostelería muchos años, ellos han hecho que eligiéramos cenar o desayunar en otros bares. El personal de recepción y limpieza muy amables y si me hicieron sentir bienvenido. Pero en general, volvería.