En la recepción, no estaba el encargado, y la persona al cargo solo hablaba turco. El apartamento: La cocina inmunda, llevaba mucho tiempo sin limpiarse, tanto la encimera como los utensilios. El baño muy sucio y la ducha con restos de moho y suelo pegajoso. Tuvimos que comprar una botella de lejía para desinfectarlo. Al ducharnos al día siguiente, el termo que proporcionaba el agua caliente, y que se encuentra en la habitación/salon/cocina, perdia agua hasta inundar todo el suelo de esa estancia. No era la primera vez, ya que la habitación estaba ubicada justo encima de la recepción y ésta tenía humedades en el techo así como pintura descascarillada por el efecto del agua. Avisamos a la persona que había en recepción y nos dijo que cuando volvieramos, subiría alguien a arreglarlo. Cual no fue nuestra sorpresa, cuando al llegar por la tarde, alguien habita entrado en nuestro apartamento, SIN PERMISO y sin estar nosotros presentes, y encima no se había arreglado el problema, ni dieron solución alguna. Sobre las camas, sábanas sucias, con restos de pelos de los ocupantes anteriores, colchones con muchisimo uso y totalmente incómodos. La segunda noche, abandonamos este establecimiento, perdiendo todo el dinero de la reserva de una semana, porque era imposible vivir ahí, y nos fuimos a un hotel con más comodidad. Como localización, Kumkapi es el barrio de pescadores por excelencia, si, muy divertidas las terrazas,pero muy "para turistas". Dificil acceso al tranvia.NO ACONSEJABLE