Lo mejor: La atención por parte de su personal en la Recepción (Alex) y en restaurante (Andrés), son muy amables y saben atender a los huéspedes.
Las instalaciones exteriores son muy bonitas, muy bien mantenidas, en una privilegiada ubicación y con una vista privilegiada. Las habitaciones son buenas, aunque un poco calientes dado que el ventilador de techo es pequeño en algunas. Las camas son buenas, aunque un poco ruidosas tal vez por el tipo de cama en madera.
El aseo en general es bueno. Los baños en las habitaciones si son muy estrechos, y poco cómodos.
Por mejorar: En el restaurante, aunque el desayuno es bueno, en la cena no hay mucha variedad aunque por la carta pareciera que si, tal vez no mantienen muchos alimentos en stock porque no hay mucho huésped y eso genera que mantengan tal vez pocas cantidades generando que no hayan platos de los que se ofrecen y toca consumir lo que hay porque no hay lugar cercano para salir a comer fácilmente. Las bebidas tienen precios altos en comparación con otros hoteles y restaurantes al interior del parque.
Deberían buscar alguna manera para que restringir el paso de los sapos y evitar que circulen en la zona del restaurante y en el hall de habitaciones, dado que por su gran tamaño pasan a ser algo desagradables y no a todas las personas le parecen tan amigables.