Es un poco enredoso de acceder a la habitación si llegas fuera de horario de la recepción (que es bastante limitado, por cierto). Realmente es una residencia de estudiantes (tienen servicio de lavandería incluso). Lo destacable para mí fue la limpieza (todo el edificio lo estaba, y olía a limpio), pero, por contra, las habitaciones me parecieron demasiado pequeñas o, mejor dicho, poco confortables. Eché de menos una mesa donde comer lo que allí se podía cocinar, ya que solo hay una mesa larga de estudio de lado a lado de la habitación y a
Sus pies ya las camas completamente pegadas, con el espacio Justo para pasar. Para una noche o dos no está mal, pero el alojamiento pide mínimo tres noches y, francamente, tres noches ya se hace incómodo. Te ponen a disposición café soluble, infusiones, azúcar, hervidor de agua y cafetera gotas (pero no filtros de café). En resumen, si no tienes nada mejor escoge este sitio, como hice yo, pero si no..huye.