La ubicación, en cuanto a la cercanía con el consulado, es muy buena. Pero el Hotel deja mucho a desear, el desayuno es muy sencillo. Al llegar no había toalla para las manos, pedimos una y nos dijeron que fuéramos por ella, pedimos kleenex y nos dijeron que no tienen, pedimos un té de manzanilla y nos dijeron que no tenían, había crema Dove de cortesía y olía a rancio, en la noche comenzó a doler drenaje.