Pasamos una noche en este Hotel de nuestro viaje por la costa oeste, de camino a Yosemite. Cuando llegamos al Hotel eran las 9.30 p.m., el chico de recepción fue muy amable obsequiándonos con una botella de vino con motivo de nuestro viaje de novios. No habíamos cenado, y puesto que el pueblo es pequeño y a esa hora estaba todo cerrado, muy amablemente no ofreció algunas frutas que tenían en el Hotel, para que pudiésemos comer algo.
El hotel es bonito, parece una antigua hacienda restaurada, todo nuevo, tal y como se ve en las fotos. Habitaciones muy amplias, con una decoración sencilla, muy acorde al tipo de edificio, muy agradables.
El desayuno está muy rico, tiene dulces caseros, yogurt natural, fruta...
Durante nuestra ruta hemos estado en varios alojamientos y este Hotel ha sido de los sitios que más nos ha gustado. Traemos un gran recuerdo de este Hotel.